miércoles, 23 de enero de 2019

DO RE MI

¿En qué pierdes
divinamente tu tiempo?
Cada un@ tiene
su manera personal
y exquisita de hacerlo.
¿Cómo es la tuya?
Hay muchas formas
en una sola persona.
Quizás no sea fácil 
reconocerlas por
los hechos.
Tal vez sea más sencillo
descubrirlas por
las sensaciones que genera.
Quizás por eso…
resulta más complejo
intervenir para dejar 
de hacerlo.
Imagina qué sensaciones
podría provocar…
cansancio… desazón…
desmotivación… desgana…
cabreo… desidia… rabia…
pasotismo… miedo…
En verdad…
no es el tiempo
lo que perdemos…
sino a nosotr@s mism@s…
haciendo lo que
no tiene sentido
para cada un@
estar haciendo.
¿Qué cosas haces
por hacer… por encajar…
por no dar que hablar…
por pasar desapercibid@...
por ser aceptad@... querid@?
¿Y qué dejas de hacer
por esos mismos motivos?
No es lo que hacemos…
porque la misma cosa
puede tener sentido
para un@s y para otr@s
ser un sacrificio.
Más que cuestión
de romper… deshacer…
pelear… discutir contigo…
sea ser conscientes de ello.
El tiempo nos da el espacio
para crear una vida
no cualquiera la tuya.
Ser conscientes de 
cómo nos hace sentir
perder el tiempo…
nos puede ayudar
a descubrir qué 
y cómo lo hacemos
para poder intervenir
y modelar nuestros actos.
Tenemos un instrumento
maravilloso y dispuesto
no descuides sus talentos
ni sus cuidados para que
incluso en silencio
suene afinado.
Imagen: pinterest

PASEOS INTERIORES

PASEOS INTERIORES
#coachingproactivo
De repente…
muchas veces…
al pensarlo…
se nos hace grande…
pesado… espeso…
pincha.. rasca… pica…
Y eso podemos 
llegar a sentirlo…
en milésimas de segundo.
Y eso puede hacerlo
nuestro pensamiento
con gran habilidad.
En un pestañear
nos puede hacer
bajar a profundidades
oscuras y tenebrosas
y hacernos sentir mal…
muy mal.
También sucede al contrario…
pero aparentemente
diríamos que cuesta más.
Seguramente
porque lo practicamos menos.
Probablemente…
pongamos más energía
en evitar lo negativo que
en disfrutar de lo bueno que
la vida nos da que 
es mucho... 
Tanto… tanto…
y tan constantemente que
lo hemos asumido 
como parte del paisaje que
está sin más.
“Estamos acostumbrad@s”
a estar colmad@s 
de bondades que 
por su presencia continuada
dejamos de verlas…
percibirlas… notarlas…
y por tanto valorarlas…
Y así ante tanto bueno
no consciente…
nos centramos en notar
lo que hace la diferencia.
Y eso es estupendo
notar las diferencias…
pero dejar de notar
lo que hay… está…
y además es vital…
nos lleva a 
una visión distorsionada
de la vida.
Tener presente retos 
en los que embarcarse…
cosas que mejorar…
situaciones incómodas
a transformar…
requiere de una versión
amable de un@ mism@.
Sentirse mal…
es una señal de alarma
para actuar…
y debe tratarse 
lo antes posible
y cerrar el asunto.
Dejarlo en el aire…
abordarlo en el momento
de la rabieta… de dolor…
no resulta muy efectivo
en muchos casos.
Si duele… 
trátalo amable…
de forma constante…
consciente… paciente…
Deja de ladrarle…
empujarlo… estrujarlo…
Deja de maltratarte…
así no se irá antes…
y lo sabes.
Llevas haciendo
lo mismo 
por los siglos de lo siglos
sin obtener buenos resultados.
Cambia de estrategia…
déjalo estar… 
no es nada causal…
ni ningún castigo o pena que
la vida te impone.
Es algo más…
algo que va mucho más allá…
de castigos y rabietas.
Ten el valor de aceptar que
está ahí y acógelo.
Si lo haces…
pudiera ser que
“ese lastre” se transforme 
en el vehículo que
te lleve a lugares
desconocidos donde
reine la paz… el amor…
las luces… las sombras…
sabiéndose que 
nada son los unos…
sin las otras.
Es posible que
nada sobre…
es probable que
las medidas necesiten
de algunos ajustes.
Abre tus sentidos…
y recoge el agua de rocío
de las flores.
Buenos días
Imagen: pinterest