#coachingproactivo
Había una vez que
fueron muchas veces
Tantas que dejó
de notarse… de sentirse…
de darle importancia.
Y campó a sus anchas
donde parecía que
de ninguna manera
había sitio para ella
Se convirtió en algo tan habitual
que incluso se llegó a pensar
como algo natural… innato…
justo… necesario… vital…
inherente al ser…
imposible de deshacer.
Y se hizo bandera.
Pasó de generación
en generación.
¿A quién se le iba a ocurrir
ponerle pegas a lo que
supuestamente de ti se espera?
Continuar con “eso” que
ni se habla… ni se pronuncia…
ni se proclama… ni se evidencia…
pero se transpira a través
de la conciencia colectiva
sucede sin darnos cuenta
A simple vista de puertas para fuera
pareciera que nadie lo cuestiona…
de puertas para dentro
es una condena asumida…
aceptada… sin sentido…
Cada un@ tiene las que mantiene…
no hizo falta esfuerzo
en aquellos tiempos infantiles
¡Quién iba a sospechar!
Todo era un juego.
Pero ya dejamos de ser
cascarón de huevo…
Y toca volver a notar... sentir…
para que ese había una vez…
sea solo un cuento… una fábula…
una leyenda… un mito que
contamos a nuestros niñ@s
para que aprendan que
tod@s nacemos
con el derecho a crear
nuestra propia historia que
no está escrita… ni contada…
ni nadie conoce
hasta que cada un@ la haga...
y a cuente si le da la gana.
Eso debiera ser
lo que había una vez…
y fueron tantas que
ya no había que contarlo
porque se transpiraba…
Cada un@ sabiéndose sentir…
cada un@ sabiéndose amar….
Cada un@ SIENDO…
SIN MÁS.
Imagen: pinterest
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